Descabezar, ¿funciona en el narco?

Por Ana Paula de la Torre

Suponer que los grupos organizados para el tráfico de drogas y demás actividades criminales no están preparados en caso de que mueran sus cabecillas; me parece una posición, ingenua, muuuuuuuy ingenua, y además, por supuesto, algo simplista.

Si el gobierno federal basa su estrategia de ataque en la detección de cabecillas y su detención o muerte como base de exterminio. Es entonces, en mi opinión, un total error.

La teoría es que cuando se atrapan cabecillas de las bandas, su organización se desarticula, pierde fuerza, se deshace. Pero la práctica nos ha dicho que no es cierto. Los cárteles sólo cambian de cabecillas y siguen vivos, no desaparecen, no se desarticulan (o tal vez sólo por un tiempo).

La verdadera desarticulación de un cártel de droga sería el golpe a su real estructura financiera; desde ubicar dónde están los narcolaboratorios (realmente enfocarnos a eso, a su búsqueda), desmantelarlos y después voltear también a las estructuras financieras.

¿Dónde hay lavado de dinero, ¿quiénes son?, ¿quiénes prestan nombres y no se sienten narcos?, es ahí donde verdaderamente radica la fuerza del narcotráfico, en su estructura financiera. Si el gobierno realmente lograra golpear su estructura económica, realmente desarticularía al cártel atacado.
Probablemente nacerían otros, pero el tiempo de recuperación del cártel atacado sería mucho más lento. Es fácil cambiar de líderes, pero no cambiar toda una estructura financiera que funciona, y que ha funcionado por años, porque además esa estructura cuenta con la protección de bancos, presta-nombres, políticos, etcétera, que han sido sin lugar a duda los menos golpeados en esta guerra.

¿Cuántos de nosotros no conocemos al hijo de alguien con fama de lavado de dinero? Tal vez no se ensucian las manos con sangre, pero son el verdadero pilar de la estructura del crimen organizado. ¿Por qué no denunciar a estas personas? ¿Porque es sólo fama?

Sería interesante que las llamadas anónimas también incluyeran denuncias a este tipo de gente y que la estrategia de gobierno no se enfocara sólo en golpear cabecillas. La historia nos dice que no sirve, porque las instituciones criminales siguen siendo económicamente fuertes y viables después de las muertes o detenciones de sus líderes.

Instituciones fuertes, resultados duraderos. Siempre funcionará así. Es una consecuencia.

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