El que construyó su casa sobre roca



Por Oscar Maldonado Villalpando


1.- Bendición o maldición

La vida es eso, una propuesta de Dios, una propuesta paternal, una hermosa propuesta que tiene en toda consideración la libertad.

Bendición si cumplen los mandamientos del Señor su Dios, maldición si no obedecen estos mandamientos.

Por eso Moisés dice que estas palabras son muy importantes, deben estar en lo más profundo de la persona y ser también una identificación, algo que se lleva en la frente.

Cuando el hombre se aparta del camino señalado por Dios y se va tras otros dioses equivoca su vida.

Hoy más que nunca al ser humano se le presentan tantas oportunidades de prevaricar, de rechazar la propuesta de Dios.

Hoy más que nunca el hombre debe ser fiel a su origen y a su naturaleza, pero, sobre todo a esta elección de Dios, que le manifiesta su ley, el camino para la felicidad. Un verdadero camino de amor.


A ti, Señor, me acojo,
que no quede yo nuca defraudado.
Sé tú, Señor, mi fortaleza y mi refugio


2.- La ley y la fe

Jesús significa un paso clave, por eso esta carta resalta la fe en Jesús. Ante la situación judía de dar mucha importancia a 'su ley' Jesús significa la fe en Dios. Todo hombre cae en el régimen del pecado, todo hombre, así mismo, es justificado por la fe, o sea por Cristo Jesús.

La ley es educadora, Haya que prepara para los tiempos definitivos, la letra de la ley no salva por sí. Salva la fe en Cristo.


3.- La casa sobre arena, la casa sobre roca

Este Evangelio profundiza la relación del hombre con Dios, que no se queda en superficialidad o ritualismo, como en los tiempos de la ley. No basta con fórmulas que dejan ajena la vida. 'No todo el que me dice Señor, Señor' No basta, aparentemente, haber hecho maravillas en nombre de Jesús.

Se necesita escuchar el mensaje del Evangelio y llevarlo a la vida.

Es por eso que Jesús enseña con esta semejanza de la casa sobre roca y la casa sobre arena. El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica es como el hombre prudente que construyó su casa sobre roca, vino la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos y dieron contra aquella casa pero no se cayó...

Hoy más que nunca, es amenazada la casa del hombre, la firmeza de su vida...

Dios nos quiere fortalecidos, firmes ante los embates de tantos elementos que amenazan al hombre, a la familia y a la sociedad.

Dios nos ofrece la roca de su palabra, la firmeza del Evangelio.



Encuentro con Jesucristo vivo: Palabra y Eucaristía.

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